24 de marzo
Cuando era chico me gustaba quedarme en la casa de mis abuelos maternos, en Rosario. Allá podía ver a mis primos y tíos más seguido y en Santa Fe en cambio no tenia ningún familiar más que los que vivían en mi casa. Sin embargo, mi abuelo era un tipo serio, que hablaba poco. Un día cuando recién me levantaba de dormir, encuentro a mi abuelo hablando con uno de sus amigos. Al notar mi presencia cambiaron el tono, pero siguieron con la conversación. Mi abuelo le estaba contando algo que había pasado hace muchos años. En la historia, el jefe de mi abuelo le había pedido que sacrifique a un loro que no paraba de cantar. Mi abuelo, que era un militar muy obediente, quería obedecer la orden pero no podía.
-El loro sabia cantar el himno nacional y cada vez que yo me preparaba empezaba cantarlo. No lo podía matar así. Le contaba mi abuelo a su amigo. y agregó - Estuvo así como 5 veces, hasta que finalmente les dije no iba a poder hacerlo.
-¿Y que hicieron con el loro? - Pregunté. Hicieron una pausa de unos minutos. Creo, ahora, que se estaban preguntando si seguían con la historia estando yo ahí. Finalmente prosiguieron.
- Intentaron otros dos compañeros pero con el mismo resultado, hasta que finalmente vino mi jefe y lo mató. Ahí nomas con las manos llenas de sangre firmó los papeles y se fue.
Naturalmente, me puse mal. Es algo que recuerdo hasta el día de hoy, 30 años después. También recuerdo que hicieron chistes al respecto y que también había otro loro que cantaba la marcha peronista, pero ese “había sido más fácil”. Como muchos recuerdos este quedó dando vueltas en mi cabeza, escondido. Cada tanto se asomaba un poquito. Pero esta mañana encontré el siguiente vídeo (minuto 7:11) y todo adquiere otra dimensión.
24 de marzo, nunca más.
Comments